Camping Leutasch

Verano o invierno, no importa: la piscina cubierta del Camping Leutasch siempre es el lugar perfecto para que te diviertas en el agua. Puedes darte un chapuzón refrescante o nadar tranquilo, a tu ritmo.

En la planta superior te espera una zona luminosa para relajarte, con cómodas tumbonas donde puedes tumbarte y contemplar el impresionante paisaje de los Alpes que te rodea. ¿Quieres mimarte un poco? Entonces no te pierdas la zona de bienestar del camping: cabina de infrarrojos, sauna y baño de vapor están ahí para que dejes atrás el estrés y te recargues por completo.

Tanto jóvenes como mayores se lo pasan en grande en la zona de juegos cubierta, donde los más pequeños pueden dar rienda suelta a su imaginación. Si te gusta hacer deporte, puedes entrenar en el gimnasio bien equipado. Y si prefieres explorar los alrededores, pasa por recepción para alquilar una bicicleta o, ¿por qué no?, uno de los fantásticos E-choppers.

Empieza el día con los crujientes panecillos recién hechos del servicio de desayuno y termínalo con una buena comida caliente en el restaurante Tom & Mi. ¿Necesitas algo rápido? El acogedor minimercado junto a la recepción tiene de todo, desde juguetes hasta aperitivos.

En invierno, el camping Leutasch se convierte en un paraíso para los esquiadores de fondo: la pista pasa justo delante de la entrada. Y gracias al depósito de esquís con calefacción, tu equipo estará listo para una nueva aventura a la mañana siguiente.

¿No te apetece esquiar? Prueba el trineo, las raquetas de nieve o simplemente disfruta de un chocolate caliente en una cabaña cercana.

Tanto en verano como en invierno, tienes mucho que hacer alrededor del Camping Leutasch. Puedes dar un paseo con toda la familia por el Leutascher Geisterklamm, un desfiladero emocionante donde los niños se divertirán buscando al fantasma que, según cuentan, se esconde entre las rocas. Si te gusta el ciclismo, explora las montañas en bici: las rutas te llevarán por prados alpinos, lagos de montaña y hasta el idílico Seebensee. ¿Quieres un poco de cultura o ir de compras? A solo 8 kilómetros está la animada Seefeld, con su centro peatonal, tiendas acogedoras, restaurantes e incluso un casino.

Si te gusta la naturaleza, el Naturpark Karwendel es para ti: el parque natural más grande de Austria, un paraíso para los senderistas. Paseando por sus senderos, quizá veas ciervos, marmotas alpinas o águilas. Y si quieres pasar un día en la ciudad, en media hora puedes llegar a Innsbruck, la capital del Tirol. Pasea por sus callejuelas, admira el famoso Tejado Dorado y date el gusto de comer un strudel en una terraza.